Después de mucho tiempo haciendo fiestas, he decidido
dar el paso de convertir mi hobby en mi profesión, y ¿por qué ser wedding planner?
Porque soy una loca de las bodas. Devoro blogs cada día pensando que hay tantos
estilos diferentes: hippy chic, vintage, rústicas, temáticas, en la playa (que
parece que dentro de poquito podremos disfrutar de ellas en el sur de Gran
Canaria ¡bien!), y todas me encantan. Mi otra pasión secreta es la decoración, ¡compro
miles de revistas! y ahora que parece que las bodas se están modernizando e importa
tanto la decoración ¡Voilá! ¿A qué otra cosa me podría dedicar?
Y
entonces llegó el momento de decidir el nombre para éste nuevo proyecto. ¡Qué difícil!
Una de las decisiones más importantes. En ese momento me puse a pensar (en ese
momento y durante muchos días eh!) qué quería transmitir a las novias (con
permiso de ellos) a las que les gustaría que una wedding planner se ocupase de
organizar, planificar y coordinar su boda. Ese día en el cual lo más importante
son los novios, que tienen que dedicarse sólo a bailar, reír, llorar, ponerse
de los nervios y sobre todo disfrutar. Tienen que ser príncipes y princesas.
Ellos merecen una boda de cuento de hadas. Y en todo cuento de hadas los deseos
los cumple…
…El Hada Madrina
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